LUNA LLENA – 6 de Septiembre de 2017
Esta Luna llena de Septiembre trae memorias atascadas en el plexo solar y en el centro energético de la garganta.
El efecto de esta Luna removerá estas memorias y conflictos atascados del pasado, para diluirlos, para acortar distancias y poder hacer la unión de los opuestos, traspasando la dualidad, así, en el final del verano todo se puede dar, todo puede suceder y todo nos lleva a unir lo desunido.
Después de habernos limpiado este verano acortando distancias, con la luna de Septiembre terminares el proceso para poder recibir.
La luna se detiene ante ti para que puedas verte en el espejo de la verdad, ella reflejará todo lo que no te atreves a ver de ti mism@ para que en un acto de generosidad y humildad puedas ver aquello que no te atreves a mirar, pero cuidado no vayas a proyectárlo en alguien y culpes a ese alguien de todo cuanto eres.
A través del espejo de la luna puedes verte a ti mism@ o puede que alguna persona refleje para ti tus verdades, para que puedas si quieres tener la valentía de mirarte tal y como eres en realidad y no como tú creíste que eras.
La luna te convierte en transparente para ti mismo, de ti depende ser humilde y verte o proyectado en los demás y tener tan grande oportunidad de poder tomar conciencia y cambiar aquello que ves en el otro o quizás en ti mism@.
Esta Luna llena de Septiembre nos concede ese don, el don de la verdad, es la luna de la fe y del poder personal.
Es la luna de un sendero mágico para apostar por uno mism@ sin miedo, para concluir contratos y deudas karmicas.
Es la luna del final del verano, del final de un proceso de tres lunas potentes que nos enfrentaron con nuevos retos y desafíos, es la luna contundente de altos vuelos que puede empoderarte o quizás esta luna te ayude a saber quién eres en realidad.
Esta luna habla de los asaltos, de los secuestros, de los robos, de los secretos, de lo oculto y lo saca a la luz para poder verlo y observar con claridad.
Quizás sea el principio de una andadura sin velos después de iluminar nuestros miedos.
SEPTIEMPRE
Septiembre es la ley universal de las alineaciones
En Septiembre los universos paralelos se unirán, varias líneas del tiempo llegarán al encuentro y se cruzarán en un punto donde todo es posible y donde los milagros acontecen y en ese punto que será el 9 de septiembre, el 9.9, álzate en luz y en victoria, abre tus arcas para recibirlo todo, absolutamente todo y todo se anclará, todo se hará.
El portal 9.9, os asistirá a tod@s para concluir contratos y poder dar un gran salto
El 9 de Septiembre se abrirá como una flor expandiendo sus energías en fractales y ondas expansivas
Los gobiernos de luz estarán dispuestos a conceder dispensas espaciales para concluir contratos kamaticos de obsesión y limitación
Septiembre es la ley universal de las alineaciones
El Consejo estará reunido este día para hacer concluir contratos.
El portal estará abierto durante tres días y la separación entre el cielo y la tierra será mínima, tendiendo a conectar almas con sus origines divinos y estelares.
Muchas personas ese día podrán cerrar y concluir un ciclo pudiendo dar por tanto un salto cuántico.
Correrán los vientos energéticos limpiando las mareas de toda vida para que así pueda ser más fácil materializar aquello que tanto anhelaste, aquello que tanto trabajaste.
El cielo y la tierra serán uno y las semillas quedarán plantadas en los corazones enaltecidos y geminarán con el paso de los días dando su fruto.
Los mares y las aguas terráqueas se activarán elevándose en vibración y te ex-panderas con las ondas de las aguas universales y estelares alcanzando niveles de amor inexplorados.
Prepararse para soltar todo cuanto ya no es necesario, hacer la fusión y alquimia para que cuando llegue el 9.9 podáis recibir toda esa explosión de luz en vuestro corazón expandiendo vuestro cuerpo de luz, elevándolo a los confines del universo en conexión a vuestro origen y fuente universal.
Tengo un jardín en mi pecho
Siento la inocencia de todo
Tanto amor no me cabe en el pecho, siento que voy a explotar de amor, y mi amor se hizo luz y me convertí en Galaxia con millares de estrellas.
Simplemente el amor se enamoró de mi…, y ahora tan sólo soy amor
El 9 de septiembre 2020 , será uno de estos días especiales y mágicos, en los que el universo nos habla a través de números y símbolos!
Este año es un número tres (2+0+1+9=12; 1+2=3) y el número tres se expande y crea, trayendo más actividad, energía, entusiasmo e interacción con el mundo; es el símbolo de la conciliación por su valor unificador, ya que puede unir lo que separa el número dos.
Y mañana se abrirá el portal 9-9, que será una mejora del último portal 3-3-3: el número nueve es el número tres multiplicado por sí mismo (3×3=9), por lo que los efectos de lo que sembramos en el portal del 3-3-3 se ha multiplicado y ahora es un gran momento para cosechar los frutos. Además, si sumamos todos los números de la fecha de mañana, obtendremos de nuevo un número tres (9+9+2+0+1+9=30; 3+0=3), enfatizando nuevamente cómo este año todo gira alrededor de este numero.
En geometría sagrada, el número tres y sus múltiplos son muy importantes: incluso Nikola Tesla estaba obsesionado con los números tres, seis y nueve, tanto que creía que aquellos que conocían la magnificencia de estos tres números hubieran podido tener la llave del universo.
El número nueve se considera un número sagrado y representa la finalización de un ciclo, contiene dentro de sí el concepto dual de principio y fin, muerte y renacimiento; en el sentido más elevado, es el número de iniciación, porque marca el final de una fase de desarrollo espiritual y el comienzo de otra fase superior (simbolizada por el paso de unidades a decenas).
Esta relación con el ciclo infinito vida-muerte-renacimiento nos recuerda la forma geométrica del círculo, en el cual no distinguimos el principio del final, recordándonos la eternidad del movimiento, la perfección, la ausencia de división, la homogeneidad.
Y desde un punto de vista puramente matemático, el círculo tiene 360 grados, que sería un número nueve (3+6+0=36; 3+6=9); pero si dividimos el círculo en dos obtenemos 180 grados, siempre número nueve (1+8+0=18; 1+8=9). ¡Y lo curioso es que podríamos dividirlo infinitamente y siempre obtendríamos un número nueve! (90 grados – 45 grados – 22,5 grados – 11,25 grados y así sucesivamente: ¡pruébelo y verás!)
El círculo también se considera la representación del Cielo y sus ciclos y de las revoluciones planetarias, por lo que se divide en doce segmentos correspondientes a los doce signos del zodíaco: el número doce es un número tres (1+2=3), y cada segmento ocupa 30 grados , de nuevo un número tres.
Pero si volvemos al número nueve, hay infinitas curiosidades matemáticas: por ejemplo, la suma de los dígitos de un múltiplo de nueve siempre es igual a nueve (por esta razón, los judíos lo consideran el símbolo de la verdad), y si se agrega un número al nueve el resultado siempre se refiere al número inicial.
Si en cambio sumamos todos los números que vienen antes del nueve, todavía obtenemos un nueve (1+2+3+4+5+6+7+8=36; 3+6=9), es decir, el número nueve contiene en sí todo los números anteriores y sus características y potencialidades: ¿no podría ser que, en realidad, sea el número nueve el que representa el infinito en lugar del número ocho?
Este símbolo, después de todo, se cree que representa la eternidad, que no tiene límites ni final (lo que nos lleva de vuelta a la imagen del círculo); pero esta oscilación continua entre un lado y el otro me recuerda también una danza continua entre luz y sombra, masculino y femenino, como para recordarnos que para permanecer en equilibrio constante es importante que estas dos partes se unan en el centro y fluyan juntas, en una danza eterna entre energías diferentes pero complementarias, y por lo tanto ambas necesarias.
Y en Oriente, el número nueve se considera el emblema de la unidad cósmica, por lo que me recuerda aún más la imagen del infinito, con esta danza de unión entre lo masculino y lo femenino.
Recordemosnos que sólo cuando lo masculino y lo femenino están en equilibrio pueden unirse y crear, así que quizás sea por esta razón que los meses de gestación de una nueva vida para el ser humano son nueve.
El nacimiento es precisamente la materialización de una vida que proviene de un plano no físico y entra en el plano físico, por esta razón está bien representada por el número nueve, que con su forma nos habla de la expresión energética superior, del campo etérico, donde todo es energía, frecuencia y vibración. Pero cuando damos la vuelta al número nueve, obtenemos el número seis, que nos habla de la vibración en el plano inferior, el campo físico; de hecho, los alquimistas consideraron esta relación espejo entre los dos números (6-9) como un reflejo de la relación entre la realidad física, concreta, material y la realidad energética, vibracional y espiritual (como es arriba, es abajo).
Ya he hablado tanto sobre el número nueve, pero realmente habría muchas otras cosas que decir, por lo que está claro que este es un número muy especial.
Y mañana se abrirá este portal, que durará hasta el 27 de septiembre: con el portal 3-3-3 tuvimos la oportunidad de traer al mundo real lo que todavía era sólo una posibilidad: convertir las ideas en algo más tangible; con el portal 6-6 tuvimos la oportunidad de pasar a la creación, expresando concretamente lo que habíamos planeado en el portal anterior. Pero en el portal 6-6, el evento se refería a los proyectos e ideas que nacieron en el plano mental, en cambio, este portal 9-9 nos da la posibilidad de manifestar los proyectos e ideas que se encuentran en el plan espiritual y energético.
Entonces, ¿qué queremos traer del mundo espiritual, energético y vibratorio para manifestarlo en este plano físico? ¿Cómo podemos aprovechar el plano espiritual para encender nuestro fuego sagrado? ¿Qué podemos hacer en la práctica para alinearnos con nuestro propósito sagrado, nuestro proyecto del alma?